Partes de la Vid: Raíces (Parts of the Grapevine: Roots)

Ed Hellman, Extensión AgriLife de Texas

Plantas injertadas de vid, mostrando el portainjerto, el injerto, y la unión del injerto y el portainjerto. Imagen cortesía de Eric Stafne, de la Universidad Estatal de Misisipi.

Las vides pueden crecer a partir de sus propias raíces (pie franco) o pueden ser injertadas sobre un portainjertos. Una planta de vid injertada consta de dos partes, una llamada púa o variedad (por ejemplo Pinot noir) que constituye la parte aérea de la planta (tronco, ramas y frutos), y la otra llamada patrón o portainjerto (muchos de los cuales a menudo poseen números como por ejemplo 101 – 14) que proporciona el sistema radicular y la parte inferior del tronco. La posición en el tronco donde se unen la púa y el patrón se llama zona de unión del injerto. El éxito del injerto requiere que el cambium vascular tanto del portainjerto como del injerto estén en contacto uno con el otro ya que estos son sólo los tejidos que tienen actividad meristemática necesarios para la producción de nuevas células que completarán la unión del injerto. La unión del injerto a menudo resulta en la producción abundante de callo (masa de células de pared delgada del tipo parenquimáticas, que se desarrollan en respuesta a una lesión o sobre una superficie cortada) a menudo haciendo que el área sea algo más grande que las partes adyacentes del tronco. Debido a que las variedades de portainjerto y el injerto crecen a ritmos diferentes, el diámetro del tronco puede variar por encima o por debajo de la unión del injerto.

¿Por qué usar patrones o portainjertos?

Las variedades de portainjertos fueron desarrolladas originalmente para proporcionar un sistema radicular para la Vitis vinifera L. (variedades “europeas”) resistentes o tolerantes a la filoxera, un insecto nativo de América del Norte al cual las raíces de V. vinifera no tienen resistencia natural. También los patrones han sido desarrollados en base a otras características deseables tales como la resistencia o tolerancia a diferentes especies de nematodos (gusanos microscópicos del suelo) y a la adaptación a diferentes condiciones del suelo. El tipo de portainjerto también puede influir en la absorción de nutrientes, el vigor de la púa (la porción fructífera de una vid injertada) y en cierta medida en su fenotipo.

La mayoría de los portainjertos son especies nativas de América del Norte o híbridos de dos o más de estas especies, incluyendo Vitis riparia, Vitis berlandieri, y Vitis rupestris. El patrón de enraizamiento y la profundidad, así como otras características del sistema radicular, varían entre las especies y los portainjertos híbridos, por lo que el portainjerto puede influir en aspectos de crecimiento de la vid, como el vigor, la tolerancia a la sequía, la eficiencia de la absorción de nutrientes y la resistencia a las plagas. Por lo tanto, la selección del portainjerto puede ser un factor importante en el desarrollo del viñedo.

Función del sistema radicular

  • Anclaje de la planta al suelo
  • Absorción de agua y nutrientes minerales
  • Almacenamiento de hidratos de carbono y nutrientes de reserva
  • Producción de hormonas que controlan las funciones de la planta

El sistema radicular de una planta madura consiste en un armazón de raíces más viejas (Richards, 1983) del cual raíces permanentes surgen y crecen de forma horizontal o vertical. Estas raíces poseen típicamente múltiples ramificaciones, produciendo raíces laterales que se ramifican en raíces laterales más pequeñas. Las raíces laterales producen muchas raíces cortas y finas, que aumentan el área de exploración en el suelo (Richards, 1983). Algunos hongos del suelo llamados micorriza viven en una asociación natural y mutuamente beneficiosa (simbiosis) con las raíces de la planta de uva. Las micorrizas influencian la nutrición y el crecimiento de la vid y se ha demostrado que aumenta la absorción de fósforo.

La mayor parte del sistema radicular de la vid se encuentra dentro de los tres primeros pies (Richards, 1983; Winkler et al., 1974.) del suelo, aunque algunas raíces individuales pueden crecer mucho más profundo en ciertos suelos y perfiles. La distribución de las raíces está influenciada por las características del suelo, la presencia de capas compactadas o de otras capas impermeables, la variedad del patrón y las prácticas culturales tales como el tipo de sistema de riego (Mullins et al., 1992). Las raíces de la vid requieren de un buen drenaje en el suelo para funcionar adecuadamente. Suelos saturados de agua no tienen espacios de aire que permitan respirar a las raíces. Freática alta y suelos de textura pesada (suelos arcillosos y/o limosos) a menudo restringen el crecimiento de las raíces y por lo tanto limitan el tamaño de la vid y la absorción de nutrientes del suelo. Se recomiendan sistemas de drenaje en el subsuelo en zonas de producción de secano para mejorar el movimiento del agua en el suelo.

Referencias:

Mullins, M. G., A. Bouquet, and L. E. Williams. 1992. Biology of the Grapevine. Cambridge University Press.

Richards, D. 1983. The Grape Root System. Horticultural Reviews 5:127-168.

Winkler, A.J., J.A. Cook, W.M. Kliewer, and L.L. Lider. 1974. General Viticulture. University of California Press. Berkeley, California.

Enlaces Recomendados

Rootstocks for Grape Production, Oklahoma State University

Grape Rootstocks for Kentucky Vineyards, University of Kentucky

Grapevine Rootstocks for Oregon Vineyards, Oregon State University

Rootstock Selection, University of California, Davis, pp. 12-16 in Winegrape Varieties in California

Partes de la planta de uva: Brotes

Partes de la Vid: Flores y Frutos

Revisado por Tim Martinson, de la Universidad de Cornell y Patty Skinkis, de la Universidad Estatal de Oregon
Traducido por Juan Pablo Valot