Daño Causado por el Granizo en Plantas de Vid (Hail Damage on Grapes)

Eric Stafne, Universidad Estatal de Misisipi

Daño causado por el granizo en los frutos y en la planta de vid (izquierda). Fotografías tomadas por Andy Allen, Universidad de Missouri.

Formación del Granizo

El granizo se asocia generalmente con las tormentas de primavera pero puede ocurrir en cualquier época del año. El granizo se forma en un gran nubarrón (cabeza de tormenta) llamado cumulonimbos (Munez, 2000). Durante los días soleados en suelo y el aire cerca del suelo se calientan. El aire caliente es más ligero que el aire frio, por lo que el aire caliente (que se encuentra cerca del suelo) se eleva y se enfría a medida que entra en contacto con el aire más frio. La capacidad del aire caliente para mantener la humedad disminuye conforme se va enfriando. Cuando el aire caliente se enfría suficientemente,  pierde su capacidad para mantener la humedad, el vapor de agua se condensa y forma nubes. La humedad que se ha condensado durante el proceso de enfriado libera calor en el aire que las circunda, lo que hace que el aire caliente se eleve rápidamente y libere más humedad en el proceso.

Las nubes de tormenta (nubarrones) contienen una cantidad tremenda de energía de viento (eólica). Estos vientos se llaman corrientes ascendentes y descendentes. El granizo se forma principalmente en las nubes de corrientes ascendentes en la forma de agua súper fría. Esta agua permanece liquida aunque las temperaturas exteriores estén por debajo del punto de congelación. Para convertirse en agua sólida, el agua súper fría necesita algo que la congele. Algo como cristales de hielo, polvo y partículas de sal (de la humedad del océano)  que también pueden estar presentes en esos nubarrones. Al momento en que estas partículas solidas impactan el agua súper fría esta se congela, formado el granizo. Cuanta más agua súper fría se ponga en contacto con las partículas sólidas más grande serán los granizos que se formen. El granizo caerá de las nubes en cuanto llegue a ser demasiado pesado para mantenerse dentro de los vientos ascendentes.

Efectos del Granizo

Daño causado por el granizo en el tallo y la fruta. Las fotografías en la parte superior fueron. Fotografias tomadas por Tim Martinson, Universidad de Cornell, las fotografías en la parte inferior fueron tomadas por Fritz Westover, Extensión Texas AgriLife.

El granizo puede causar un daño considerable a la planta de vid, dañando la corteza, las hojas y la fruta. El granizo también puede causar un daño muy significativo en las plantas de vid jóvenes, sobre todo en los troncos delgados. El granizo al caer produce heridas que pueden dañar permanentemente la corteza de la vid. Una herida normalmente rompe la corteza exterior de la planta exponiendo el xilema. Después de que esto ocurre, los nutrientes de la  planta estará expuestos al ataque de organismos, incluyendo insectos y patógenos.  Al mismo tiempo, las células de la madera o corteza de la planta reaccionan a estos nuevos invasores y forman una barrera química de compuestos fenólicos. La mayoría de las veces, la vid (si está en buen estado antes de la lesión provocada por el granizo) será capaz de cerrar la herida y contener cualquier  infección.

Cuando las plantas perennes como las plantas de vid se lesionan, reaccionan creando barreras físicas y químicas que contienen la zona lesionada (Harris, 1992). El término “curación” es un nombre inapropiado cuando se habla de  plantas leñosas. Los tejidos lesionados no son reemplazados o reparados (en la mayoría de los casos) a su condición previa a la herida. Lo que ocurre es que las heridas con confinadas en un tejido llamado callo.

Las plantas de vid son especies  bastante vigorosas (de crecimiento rápido), y la tasa de cierre de las heridas está correlacionada con el vigor de la planta. La formación de los callos es más rápida cuando las vides son vigorosas y cualquier práctica que estimule este vigor ayudará a que las plantas sanen más rápidamente después de haber sufrido cualquier herida, así como prevendrá la descomposición o la pudrición de la planta. El vigor también puede ser positivamente influenciado por el adecuado manejo a través de la correcta fertilización, irrigación, control de plagas, y manejo del tamaño de la cosecha.

El tiempo que una planta de vid tomará en sanar alguna herida también depende de donde está localizada la herida, de cuando ocurrió la lesión, y de que parte y que tanto de la planta fue expuesta por la herida. La formación del callo se observa principalmente iniciando de los lados de la herida, más que de la parte superior a la inferior de la herida. Investigaciones realizadas en diferentes especies de árboles han encontrado que la forma de la herida no es un factor determinante cuando se relaciona a la tasa de cierre de la misma (Neely, 1970), pero el tamaño de la lesión es importante. Las lesiones que ocurren en la última parte de la estación de crecimiento podrían infectarse más rápidamente porque coincidirá con la época en donde los hongos producen sus esporas (Felix and Shigo, 1977).

Cuando el granizo lesiona directamente la fruta, el resultado puede ser devastador. El daño provocado por el granizo durante las primeras etapas de la formación de la fruta causará cicatrices o la pérdida total de la fruta. El granizo en o después del envero causará la pudrición de la fruta. El granizo también puede provocar la defoliación del la vid y en casos severos esto puede conducir al retraso en la maduración del fruto y al excesivo desarrollo de tallos laterales. En algunos casos poco frecuentes,  podría ser necesario inclusive el remover partes de la planta, si el daño es excesivo.

Resumen y Manejo

El granizo puede causar heridas que dañarán a las plantas de vid jóvenes, pero si el daño no es extensivo o masivo la planta se recobrará rápidamente. En las vides maduras que están bien cuidadas y manejadas adecuadamente, las lesiones provocadas por el granizo sanarán rápidamente y no tendrán efectos a largo plazo en la planta. Las lesiones al inicio de la temporada permitirán la regeneración de yemas latentes, secundarias y laterales, con un efecto mínimo en las yemas de fructificación o en el rendimiento. El podado en la época de latencia de la planta podría ser necesario para hacer los ajustes que se requieran y así obtener suficientes yemas y en los lugares adecuados. Los productores también pueden dejar algunas yemas adicionales para compensar posibles lesiones a mediados o a finales de la temporada. Debido a que las lesiones provocadas por el granizo son impredecibles y localizadas en la planta los productores no pueden hacer nada para que no ocurran. Comprar un seguro de cosecha es recomendable como una manera de reducir las pérdidas por el granizo y otras lesiones producidas por el clima.

Referencias:

Felix, R. and A.L. Shigo. 1977. Rots and rods. Journal of Arboriculture 3:187-190.

Harris, R.W. 1992. Arboriculture – Integrated management of landscape trees, shrubs, and vines. 2nd ed. Prentice-Hall, Englewood Cliffs, N.J.

Munez, R. 2000. Hail. University Corporation for Atmospheric Research. Fact sheet.

Neely, D. 1970. Healing of wounds on trees. Journal of the American Society for Horticultural Science 95:536-540.

Smith, D.M. 1986. The practice of silviculture. 8th ed. John Wiley & Sons, N.Y.

Revisado por Tim Martinson, Universidad de Cornell y  Fritz Westover, Extensión Texas AgriLife

Traducido por Maria G. Fabregas-Janeiro, Universidad Estatal de Oklahoma